Primera infancia
Fase 1 (0-3 meses)
El llanto es una actividad espontanea hasta la segunda
semana donde ya lo relaciona con factores externos como la voz humana. El
llanto comienza a destacar finalizado el primer mes, la falta de respuesta
genera un llanto más intenso y esto puede generar una baja autoestima en el
bebe, en cambio la respuesta rápida por parte de los cuidadores hace el llanto más
corto y beneficia al bebe. No se puede hablar de apego por que no reconocen a
las figuras familiares, puede confundir a la madre si otra persona le da los
cuidados adecuados.
Fase 2 (3-7 meses)
El bebe tiene la percepción de la cara, el olor, la
voz y otras características de la persona que le cuida,
lo cual trae consigo el
reconocimiento de la persona de apego, aunque aun no rechaza a los desconocidos.
fase 3 (8-12 meses)
Alrededor del
séptimo mes, la conjunción del desarrollo emocional y cognitivo ayudan a la
formación del lazo afectivo, el apego con una figura especifica, no
intercambiable: la madre o quien haga las veces de ésta. La ausencia de la figura
de apego genera inquietud: el niño protesta, llora… y cuando ésta vuelve se
aferra a ella.
Establecido el laxo afectivo, el
comportamiento de apego se organiza y se hace mas flexible
Periodo Preescolar
A partir del primer año de vida, una vez bien
establecido el vinculo del apego, el niño conquista cierto grado de apego
gracias a sus nuevas capacidades de locomoción, verbales e intelectuales. A
partir del segundo año de vida, el niño puede percibir mejor las conductas de
apego de los padres y expresar mejor sus demandas, esto le permite proponerse
objetivos adaptándose mejo a la situación y a la respuesta de los padres. El
niño acepta mejor las separaciones breves, en los procesos amenazantes como
puede ser una enfermedad, hospitalización o ingreso en una escuela, se activa
las conductas de apego, reaccionando de manera similar a los primeros años de
vida.
Niñez intermedia
Los niños y las niñas pasan por un periodo de largos
años, hasta la pubertad, de buenas relaciones con las figuras de apego, con las
que se sienten muy seguros, ya que han construido a lo largo de la primera
infancia el conocimiento y los sentimientos propios de la representación de los
padres como incondicionales y eficaces. Los problemas entre los padres es un
motivo de grave conflicto emocional para los niños
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